Federico Vincenzini

Solamente placer Aún la cama está caliente, se siente el perfume de una mujer que lo dejó atrapado entre las sábanas pero observo y ya no se encuentra a mi lado. Su día empezó temprano yendo al trabajo, lugar donde nos conocimos, lugar donde yo tengo la fortuna de tenerla cerca, como amante y como su jefe. Soy contador y ejerzo mi profesión en una empresa desde hace ocho años. La conocí haciendo entrevistas laborales y debo admitir que aquel día cuando entró a la oficina, quedé impactado por su belleza, su cuerpo, sus imponentes pechos y su morena piel que traslucía su camisa blanca. No creo haber sentido tal atracción por alguien así, pero sí supe que la quería tener en contacto permanente. Por eso le concedí el trabajo con motivos de arrebatarla hasta mi casa, con malas intenciones, de probarla ,de saciarme en ella, verla desnuda, verla volar, solo eso, solo para llegar a lo mismo de siempre, sentirme el gran hombre, ese que quiere lograr eventualmente que no lo olviden por...