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Juan Sebastián Ferrón

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Comunicándonos   Ayer hablamos del deseo. Anunciamos que ambos nos deseamos, pero además deseamos a solas. Ella dijo que le encanta jugar con su mirada, con la mirada del Otro. Jugando se encuentra, se atreve y va en busca de la mirada. En cambio yo, no puedo jugar. Ese juego me resulta fatídico, suicida. Colgarme de una mirada, implica entrar en la locura. Y la locura es silencio, y yo espero el silencio a la hora de mi muerte, silenciosamente me mantengo y espero.   Regresión En sueños puedo ver claro. Los dos tirados en la cama observándonos. Yo sé que ella me observa, pero no ve. Sin embargo, puedo sentir que desde un rincón de la habitación sedada, alguien me ve. Yo no quiero ver, pero puedo observar que la mirada proviene del placard. La puerta entreabierta deja escapar un halo de luz roja. Yo no quiero ver, pero sin embargo voy a su encuentro y entonces abro la puerta de par en par y puedo encontrar mis ropas, y las ropas de ella. Cuelgan prendas lím...

Juan Sebastián Ferrón

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La carta Cada mañana me levanto pensando que quizás encuentre una carta en el buzón. Pero no una carta cualquiera, sino "la carta". La misma que esperé toda mi vida, por la cuál soñé cada noche, imaginándola tibia, recién elaborada, con el roce de esas manos de la seda. Puede que tal vez, llegara con algún resto de colonia, de esas que hacen lagrimear, o con alguna que otra huella implantada a raíz de una lágrima en fuga. Lo cierto es que aún espero, y pienso en el mañana, porque cada día me levantaré pensando que ayer pensé, que quizás encontraría la carta. Ni el cartero, ni el olvido, ni la cantidad de sobres que desbordan el buzón para dejar sitio alguno para la carta, absolutamente nada, pero nada, me hará perder de vista el deseo que rompe en mí, esperando ese fino papel, amarillento tal vez por el pasar del tiempo; pues si a mi puerta llegara el mar, una botella con la carta sería más factible de encontrarse con mis manos y satisfacer mi deseo, pero pienso en la inmensa...