María Jesús López Martín

El pájaro, Afrodita y un pastel de chocolate * Un pájaro ha pasado por mi ventana. Me ha mirado de frente. Ha piado a voz en grito. Se ha girado así sin más, me ha dado la espalda y se ha ido. Me ha graznado con el pico abierto y la mirada de reírse. ¿Será posible, digo yo mientras escribo, que un pájaro abra el pico y me grazne a la cara mientras ríe? Que yo sé seguro que reía. Si se le veía en los ojos de pilluelo sabio grajo que grazna y rebuzna frente a mi ventana. Y luego yo, ¿qué hago? Me quedo sola y pensativa, nada más. Me quedo sola contando los pelos que se sueltan de mi cola y cuando caen, me los como despacito después de haberlos utilizado como hilo dental. Luego me agarro el brazo y me lo mezo porque estoy sola y un pájaro cuervo me ha rebuznado desde su pico desmesurado abierto de par en par. Y que sus ojos sigan riéndose en mi recuerdo… Qué lamentable. Qué e...