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Mostrando entradas de abril, 2014

Reinaldo Edmundo Marchant - La mesa del escritor

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La mesa del escritor           La mesa del escritor es de madera rústica. Está ubicada hacia un rincón del cuarto. En la cubierta hay manchas de café, anotaciones crepusculares, un par de pensamientos, esa caja de cartón con manuscritos, y lápices, abundantes  lápices de distintos colores. El entorno se halla rodeado de libros, enciclopedias, Biblia de distintos credos, y una fotografía pegada al marco, imagen del creador junto a dos hermanitos, en demostración  de una niñez pobre, en aquel campamento de ranchas y banderas chilenas, donde sobresalía  un letrero instalado con decisión sobre la tierra, pregonando un mensaje henchido de coraje: "Los de aquí no se rinden". Al centro de ese universo, cual sol esplendente asomando en medio de  la bruma, luce la máquina manual de pulsar. Es de color incoloro. De  cinta minúscula y teclado cuyas letras están gastadas por los dos dedos que diariamente la acarician. Nadie como esa máquina lo conoce más. Sabe de sus pesquisas

Jairo Prieto Macías - Banten

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Jairo Prieto Macías  Banten           A las tres de la madrugada escuché la bulla. Estaba barnizando un seibó. Me apoderé de un martillo, apagué la luz y me asomé por la ventana. Observé la solitaria calle, oscura. Me quedé rato fisgoneando, no vaya a hacer que unos malandros quieran robarme. Los hechos ocurrieron, lo sé, sin mucha lógica, pero mi vida no podría afirmar que sea común. Detesto los grupos, hablo poco, y sólo salgo a la calle para comprar y vender madera. Soy carpintero. Me urge contar, no sé si estos rasgos tengan importancia para un cuento y tampoco me importa. Sólo quiero narrar cómo conocí a Banten. Escribir es la manera que ella me enseñó para desahogarme sin necesidad de hablarle al espejo. Relataré tal cual sucedieron las cosas, sólo pasaré por alto los hechos menos relevantes. Mi nombre es Sarmiento Álvarez. Mucha soledad se acumula en mí, vivo solo desde la muerte de mi madre, asesinada por el ejército en 1989, la tarde del estallido popular. Ecos d

Jairo Prieto Macías - Ocumare del Tuy

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                                                                              Jairo Prieto Macías Ocumare del Tuy    Toda la tierra está llena de cemento. Pasó a la historia los cuentos de brujas, los aparecidos, y los papagayos. Cada vez se construyen más casas y no hay espacio para nada. No se levantan ni siquiera las matas de mangos que abundaban cuando era carajito. Recuerdo que cuando niños, mis hermanos y yo, nos escondíamos en el cambural de la casa. Jugábamos a las escondidas, y lo más seguro era el cambural, era imposible que te descubrieran con facilidad en esa selva. Pasábamos la tarde y la entrada de la noche jugando la escondida.            - Vengan a comer, gritaba mamá Nosotros salíamos corriendo, riéndonos aún sin saber de dónde salía ese plato de comida. ¡Qué sacrificio hacia mamá para que no nos faltara la comida!. La casa se fue levantando poco a poco. Primero fue de zinc, luego a los años, fue de madera, y techo de zinc. Cuando ten