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Mostrando entradas de septiembre, 2009

Nathalie Moreno Arqueros

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Cuento ganador del concurso de cuento Revista  Archivos del Sur PEQUEÑA HISTORIA     No podía respirar. Sus oídos se taparon y todo a su alrededor quedó en silencio. Salvo su corazón. Éste subió asustado queriendo salirse por la boca, pero quedó atascado en la garganta y latía desesperado. En un segundo, en la inmensidad de un pequeño segundo, ese veinticinco de diciembre su vida dio una vuelta de revés y quedo ahí, en carne viva. Pero era un regalo, aunque costara creerlo. Era un regalo que quemaba. Por eso lloraba, por ese oscuro sol que ardía frente a él. Y es que cuando los dioses te acarician, lo hacen sin piedad. Había pasado un año. Un largo y triste año donde la pregunta había quedado flotando dolorosamente, huérfana de respuesta. Y volvía cada cierto tiempo. “¿Qué niña tendrá a Estrellita?”. Hacia un año, se había abierto una fisura. Salieron del almacén apurados y volvieron al lugar donde habían estado jugando. En el borde del columpio cojo fue la última vez que vio a Es

Alicia María Rita Sant Tochón

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Cuento ganador del Concurso de Cuento Archivos del Sur  FRIO, ALCOHOL Y TANGO Llegó al bar temprano. La noche estaba bastante fría, traía bien envuelto el cuello con la bufanda que le tapaba además la nariz y la boca. Arturo le abrió la puerta y le dijo que en el mostrador le tenía preparado un vasito de ginebra para ir calentando la garganta hasta que llegaran los parroquianos. Arturo y él se habían hecho amigos por casualidad, sentados en el mismo asiento del tren que los traía todos los días desde Saavedra a Retiro. El hombre le contó una vez que tenía un bar cerca de Parque Lezama y que no le estaba yendo muy bien-Los clientes de siempre ¿viste?, pero algunos, creo que por viejos, ya no están viniendo, debe ser por el frío ¿viste?- dijo como al pasar y siguieron conversando del clima mientras seguían con la mirada a la rubia que se había parado para bajarse. No terminaba el invierno cuando se animó a ir a visitarlo a La Percanta. Era un boliche desabrido de esos en

Araceli Otamendi

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Capítulo 1 de la  NOVELA EXTRAÑOS EN LA NOCHE DE IEMANJA comentarios de Silvia Brandariz y Alicia Silva Rey quienes leyeron la novela completa: Alicia Silva Rey (escritora, docente y bibliotecaria) Excelente historia. Conservando el rigor del género policial, se desliza como por los andariveles de un sueño. La trama se va resolviendo con la facilidad de la narración oral. Araceli cuenta como una niña sabia el deseo, la venganza, el placer, la desintegración, el horror de la muerte, la diafanidad de los días hechos a la vera de las grandes aguas. La obra transcurre capa sobre capa como la sedimentación de las arenas y de la podredumbre de lo arrojado en las dunas o en el fondo del mar. Un puñado de días le bastan a la autora para narrar la facilidad y la destreza con que la fatalidad (la magia) atan y desatan destinos mortales. Me sedujo por la sensualidad y la gracia de una prosa bien delineada y a la vez flotante como las flores, las muy extrañas flores,

Kim Bertran Canut

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Un lugar retirado Nacer y crecer en silencio…sobre la penumbra del sombrío rincón. El hombre enlutado piensa en nubes frescas y perladas, recaladas con el viento del oeste…cargadas de agua… ¡hace tanta falta la lluvia en este descarnado desierto! Rasgueó en su diario y dio largos paseos por los bosques de árboles segados, para el consumo de los humanos…rasguños naturales. Echó una ojeada al cielo. En aquel lugar, a más de dos mil trescientos metros de altitud, se respiraba bien…caminos sin petroasfaltar, el poblado yermo y sereno. Colosales lagos…paisajes de perspectivas imperecederas que residieron en su niñez, los conmemoraba en la adolescencia y actualmente, ya en el oscurecer de su existencia, resolvía reaparecer a sus vírgenes praderas. Hierba verde y rebaños pastoreando sin limites, ni cercados prohibiendo la vida…juguetea con el tiempo que le queda, y atraviesa el puente de troncos cercenados, montado sobre el frío riachuelo…en este punto, un remanso abate en cascadas sensori