Juan Carlos Vecchi

NADA “A la Perinola…”. HACE TIEMPO que anda Lucía practicando un mal hábito en su vida cotidiana: mira a Lisandro únicamente para odiarlo un poco más. Dos o tres veces cada día, cuando la cercanía al azar lo amedita, ojos de ‘bruja mala’ le pone Lucía a Lisandro. —¿Qué pasa, mujer? —pregunta entonces su marido, al percibir la cazadora mirada de Lucía. La respuesta de ella es siempre la misma, una palabra de cuatro letras muertas: —Nada. Una mañana, Lucía, habiéndose levantado con la pantufla derecha – Lucía es zocato (1) -, decidió fusilar a Lisandro y, desde ese...