Martha Minteguía
Prisionero de un Cristal * El tren corre entre las montañas como un río secreto, zigzagueando las curvas de la vida. Damián va con la mirada ensimismada en una apartada región de soledad como navegando debajo de todo lo que ve, a través de los cristales errantes de la ventanilla. En sus manos un libro sobre Entelequia de Radmon Riter descansa en sus rodillas. Quizás imagina una máxima perfección de segmentos inscriptos en su alma. “Cualquier figura pude inscribirse en el interior de un círculo...”(Razona). Entre los pasajeros del tren busca la belleza en los rostros, cosa bastante difícil dada la vulgaridad de los pasajeros. “ Aquella mujer por ejemplo, con ese pigmeo que tiene por hijo, parecido a un diminuto y flaco Quasimodo con ese sobretodito mal hecho....” En su soliloquio se suceden sin secuencia lógica las percepciones del mundo exterior con las reflexiones morales, metafísicas y sociológicas. Su viaje es una búsqu...