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Mostrando las entradas etiquetadas como Araceli Otamendi

Como la naranja - Araceli Otamendi

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  ilustración creada con IA Introducción: En Como la naranja, Araceli Otamendi nos sumerge en un relato donde la nostalgia y el suspense se entrelazan en el deambular de una mujer por su hogar. Como la fruta del cancionero tradicional argentino, la protagonista transita entre la memoria de un pasado perdido y las sombras inquietantes de su presente. Publicado originalmente en Brasil en 2022, este cuento llega ahora a Archivos del Sur para cautivar a los lectores con su atmósfera íntima y perturbadora, anclada en la sensibilidad de la literatura argentina contemporánea   Se pasea como en la canción, de la sala al comedor.* Sabía que en cualquier momento el tenedor o el cuchillo o los dos a la vez le iban a caer encima y se paseaba como la naranja. Sobre todo los sábados por la noche, cuando empezaba a notar las ausencias, a pasar revista por el pasado. En cualquier momento abriría una lata de paté de foie para untar una a una las galletitas guardadas en la lata del ar...

La mirada de Delon - Araceli Otamendi

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        Esa noche, Juan me invitó a ver un film de Alain Delon. Dejamos los apuntes de la facultad, compañeros agotados por los exámenes, y nos refugiamos en un cine de la calle Lavalle. El film, puro magnetismo, nos hipnotizó. Al salir, bajo un cielo bordado de estrellas, Juan me tomó la mano y, con el corazón al descubierto, se declaró. Estuvimos juntos cincuenta años. Construimos una vida: hijos, nietos, recuerdos cosidos con amor. Pero Juan se fue, apagado por un amanecer frío. Ahora, en la soledad de mi casa, miro nuestra foto y siento que la mirada de Delon, intensa y eterna, me lleva de vuelta a esa noche donde todo empezó. © Araceli Otamendi Ciudad de Buenos Aires Foto de Alain Delon: de la tapa del libro A pleno sol (El talento de Ripley, de Patricia Highsmith, editorial Anagrama, foto de Alain Delon en el film A pleno sol de René Clement Araceli Otamendi (Quilmes, Provincia de Buenos Aires) vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde los ...

La casa de los colibríes - Araceli Otamendi

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  La abertura apareció al alba, un vacío repentino en la pared como si la realidad hubiera olvidado   completar el dibujo. El anochecer llegó sin transición. Nada se veía. La oscuridad lo cubría todo. Ya en la calle, allí estaba ella, la mujer caminando a mi lado, escalaba   el desmoronamiento, el montículo de tierra que impedía  cruzar al  otro lado. Era una mujer con unos cuantos años encima, sin embargo caminaba  con la  seguridad de quien sabe atravesar zonas difíciles, a veces  imposibles de escalar y no caer. Al alcanzar el suelo, la mujer siguió caminando. La luz volvió,   las calles habían rehecho sus pactos. La vitrina, que exhibía     flores ahora también exhibía herramientas inmaculadas, afiladas, como palabras antes del discurso. Encontré una construcción casi familiar, la casa, ¿de quién? Y entré. Dentro, un hombre y una mujer   preparaban vegetales, casi con  ritmo. Ninguno de los d...

Roby II- Extraña historia de amor - Araceli Otamendi

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    imagen creada por IA  Año 2010, dc. Fue una época donde una pequeña generación de robots de apariencia real, igual a los humanos, pero de material sintético irrumpió. Fabricados en laboratorios especiales, se concibieron por computadora, tomando un gameto sintético femenino y otro masculino de robots de distinto sexo, para hacerlos más similares a los humanos. Una computadora madre se encargaba de elegir cuáles serían los genes más apropiados de los robots para concebirlos. Un robot perfecto cada vez, no deberían quedar dudas en cuanto a la humanidad. Así una vez fabricado el robot bebé, la pareja de padres robots era destruida de inmediato y con su material se producían pelotas para entrenar a las nuevas generaciones. Me interesa relatar un caso programado para ser un hombre, de inteligencia artificial superdesarrollada, delicado sentido de apreciación de obras de arte, agudeza e ingenio para desarrollar un fluido discurso, respuestas rápidas y curiosa capacidad ...

Soy real - Araceli Otamendi

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          imagen generada por IA  Soy   real   Es una tarde de domingo, después de una sesión de cine en el museo del cine al que voy generalmente los fines de semana. Vi varios cortos, una buena selección de películas. A la ida cuando iba para el museo dos niñas me saludaron desde la vereda, con la mano, yo iba caminando por la calle y les retribuí el saludo con un gesto. Las dos se quedaron mirándome. Eran parecidas, quizás hermanas , de cínco, seis, tal vez siete años. Seguí caminando mientras las niñas seguían con sus juegos, disfrutando el verano, con sus ojos grandes, oscuros, abiertos. En el cine vi varias películas, cortos, donde la realidad y los sueños de un personaje se entremezclan. No se sabe cuándo el personaje está instalado en la realidad y cuando en su fantasía o sueños. Es difícil dilucidarlo, según la escena y seguir la historia. Esa es la gracia del film, seguir la historia, el hilo conductor   ...

Un viaje particular - Araceli Otamendi

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  Marisa iba a cumplir por fin, eso creía, un deseo, hacer un viaje casi sin dinero y con una mochila y con un rumbo que podría cambiar. Últimamente, después de la terrible pandemia de covid 19 que había asolado el planeta Tierra se consideraba una sobreviviente con suerte. Había sobrevivido a tantas cosas, sería mejor no enumerarlas para no remover tanto el pasado. Tanto es así, que después de cumplidas todas sus obligaciones familiares, laborales , sociales, de cuidado, había planificado este viaje. Siempre había vivido al límite, como si el dia de mañana no existiera, sólo el presente, como en una canción, parecía importar. Primero iba a pasar unos días en el campo, cerca de la naturaleza, oliendo el pasto, la lluvia, el olor de la leña para cocinar por la noche, y el olor de los animales, algunos .Tal vez cantando canciones en un fogón. Después iba a ver, si iba para el norte o para el sur y tal vez lo más logrado podría ser viajar en un plato volador y alejarse d...

Crónica de una lectura - Araceli Otamendi

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  imagen diseñada por IA  Estaba por la página 25 de la nueva novela de un autor que me gustaba y venía leyendo desde hace años. Todavía no había ocurrido nada, es decir no había ninguna acción que hiciera progresar el relato. El personaje aún no había salido de la cocina y así fue como empezó el libro. Dejé el libro sobre la mesa y fuí hasta la cocina a buscar una manzana. La cáscara era roja, brillante.Con la manzana en la mano caminé hacia la ventana, en la calle se habían reunido los motoqueros que traen pedidos y envíos para repartir, algo habitual. No sé qué hacen , por qué se reúnen, de que hablan. Se deben aburrir bastante, a lo mejor. Ojalá lean libros. Alguien envió un mensaje por whatsapp, no lo leí, había varios mensajes. Los leería después. La tarde de un día nublado y frío. Una ola de frío polar atraviesa la región. Comí la manzana, el sabor era agradable y fresco. Empecé a pensar en el libro que había dejado sobre la mesa. Por qué el personaje no...

Noche de brillantina y neón - Araceli Otamendi

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  imagen creada por IA    Es una noche de brillantina y neón, pensaba al caminar por ese barrio que ahora llaman Palermo Hollywood. Vidrieras iluminadas, colores estridentes en las luces, en las vidrieras,   rojo, azul, violeta, verde, naranja, amarillo, el pensamiento puesto en la obra que iba a ver. Caminaba rápido, miraba las personas sentadas en las mesas afuera, disfrutando la noche cálida, seguramente una de las últimas de ese otoño tardío en Buenos Aires. Entonces vi su figura, sentado en una mesa, al lado de la ventana de un bar. La expresión seria, como siempre, el pensamiento puesto quién sabe dónde, un libro al lado, una botella de agua, no le gustaba el alcohol, al menos a cierta hora. Es él, pensaba, pero no puede ser... Porque hace tanto tiempo... Sin embargo estaba ahí, sentado, pensando, como siempre, me detuve unos segundos, no parecía ver. ¿Y si todo fuera un sueño? No cedí a la tentación de entrar en ese lugar, caminaba cada vez m...