José Chamorro Guerrero

El Ángel de la Guarda Un cielo esplendoroso acompasado con un azul que revelan un retazo de la mar y un sol radiante que se mira en las aguas, que tranquilas pero con poder recorren el camino hacia su destino, el verde de las plantas que recubren los peñascos del cauce y una que otra enredadera que se extienden sobre las aguas que las hacen bailar al son de las cascadas y de las piedrecillas al ser arrastradas por la corriente, llegan las aguas del Boquerón a un remanso formado artificialmente, con el fin de desviar el curso de una parte del agua, penetra en un socavón de unos treinta metros para luego aparecer y seguir su curso por una acequia recubierta de cemento y como la mente y el poder del hombre son inmensamente poderosos hacen que el agua se precipite en una cascada y que al golpe sobre la pelton el molino muela y muela el trigo para sacar la harina. Nos encontramos con un edificio construido sólido como las murallas de Cartagena en donde funcionan los Molinos Diana, ...