Magda Lago Russo

  

Una vieja carta
                                                                                                          


 Octubre /2002 Amiga Mía:


A fines del mes pasado cumplí años, dos hechos me descolocaron; el año sumado a los… y tantos y darme cuenta que estaba en setiembre habían pasado nueve meses del 2002. y  estábamos en primavera, la estación de la esperanza, de las flores, de la renovación, según decían en nuestra época.”Nuestra época.” ¿Cómo llega a tus oídos? No se si me pongo melancólica, reflexionemos juntas:”la estación de la esperanza” ¿Existe en este  momento? cuando la crisis que padecemos, deshace familias enteras que se van del país, en busca de trabajo, educación para sus hijos, en un exilio involuntario.
Cuando lo que forjaron nuestra nación españoles, italianos, tienen que volver  a su país cuando debían disfrutar de lo realizado en éste con dedicación y sacrificio.
“La estación de las flores.”¿Quién se detiene a mirar el árbol añoso que se cubre de tiernas hojas o escucha el bullicio de los pájaros celebrando la tibieza de su entorno?
En nuestra  más o menos lejana juventud, la primavera se celebraba porque olíamos el aroma de las flores recién nacidas y porque sabíamos que pronto llegarían las vacaciones, los amores de estación y por muchas otras razones  que no te voy a  enumerar y que tú sabes. En verdad somos de otra generación y te digo más, somos la generación que ha pasado por todos los cambios; desde los políticos, a la informática, la secadora de ropa, la máquina de lavar programada, la globalización y mil cosas más.
Sin embargo, nos fuimos acompasando con nuestros hijos, para no quedarnos atrás y cuando nos preguntaban ¿De dónde vienen los bebés? Contestarles la verdad, porque aquello del repollo y la cigüeña, ya no es, los educamos en la realidad.
Sí!! Somos de otra época mal nos pese, pues la sexualidad era tabú y…de “eso no se habla” era corriente o “esas cosas son de mayores”.A pesar de todo no crecimos con traumas, creo.¿Tú qué dices?. ¿Tú qué piensas?  Le trasmitimos valores a nuestros hijos y hoy son mujeres y hombres de bien. Ahora. ¿Qué pasa con nuestros nietos? ¿Qué reciben? Cuando nuestros hijos se encuentran trabajando desde la mañana a la noche, viendo a sus hijos horas en el día, aprovechando los fines de semana para estar con ellos y pensar que la familia es lo que perdura en el tiempo. Te digo que no me había percatado de los meses pasados, hasta que cumplí años, es que vamos acelerados por la vida, somos arrastrados en la vorágine del diario vivir, aunque nosotras estamos jubiladas. Llegó el 2000, dejó la ficción y se hizo realidad.¿No se cómo te tomó este nuevo siglo? Parece mentira ¿te diste cuenta qué somos del siglo pasado? Sin embargo estamos vigentes. Yo por mi parte conservo todavía la capacidad de asombro, trato de informarme de lo que sucede en el mundo¡cómo no vamos a estar informados! Si la televisión nos “muestra” todo, por lo general pocas buenas noticias. Se pasa del físico culturista a las modelos con un mínimo de ropa, aquí no cabe aquello de que es más sugestivo: el misterio. El misterio lo encuentras en las novelas de Ágata Cristie; ¡Cómo me gustaban esas novelas! y ¿Las de Corín Tellado? .No pienses que me quedé en esa época, hoy leo a Marcela Serrano, Isabel Allende, Saramago, Delgado Aparaín, Benedetti y otros. Es así amiga mía no nos podemos quedar con los recuerdos, debemos seguir evolucionando para que no nos digan “antiguas y del siglo pasado” por nosotras mismas. A pesar de los…y tantos cumplidos, siento que aún tengo mucho para dar y hacer, ajustándome al tiempo que nos toca vivir Como el tiempo sigue avanzando velozmente, te deseo: ya, ¡FELICES FIESTAS!           
                                                                                                   

(c) Magda Lago Russo

Montevideo
Uruguay

imagen:

Rosemarie Trockel (de la muestra en la Fundación Proa)

S/T
, 1990
Tinta s/papel. Edición 1/7, 139,5 x 69,5 cm. c/u

Comentarios

Analía Pascaner ha dicho que…
Me agradó leer la carta, Magda, me identifico en gran medida.
Gracias querida Araceli, por traer esta reflexión interesante.
Mi cariño
Analía
Araceli Otamendi ha dicho que…
¡Gracias! a vos, Analía por leer este blog.

un abrazo.

Araceli

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