Alberto Bellido García - Microrrelato de la calabaza ardiente

Alberto Bellido García Medianoche en el pueblo. Alberto, un niño de ocho años, no podía conciliar el sueño. Escuchó, procedente de la Iglesia, las doce campanadas y se sobresaltó. La puerta de la habitación chirrió y se movió casi imperceptiblemente. Aquella tarde había ido al cementerio con sus padres para visitar a los familiares difuntos. A la salida, varios chicos, con calabazas en las cabezas, rodearon a Alberto, riéndose y asustándole. Su padre le dijo: -Oye, Alberto, ¿Por qué no les dices que te dejen una calabaza?-. Pero el niño, lejos de tranquilizarse, salió corriendo hacia su casa. Era demasiado miedoso. Esa noche de difuntos, Alberto estaba solo en casa. Bueno, en realidad, sus padres no se hallaban muy lejos. Estaban tomando el fresco con los vecinos pues, extrañamente para esas fechas, la noche era apacible y carente de frío. La puerta siguió abriéndose hasta que Alberto pudo contemplar con nitidez la oscuridad del pasillo. Comenzó a temblar de forma ...