José Chamorro Guerrero
EL CABALLO Voy tras de ti, generación pasada, como decía mi taita, arreboles colorados aguaceros endiablados, mi mente es una tempestad de ideas, salen las estrellas que se cuentan a millares, negros nubarrones cubren mi semblante, las cuerdas de la guitarra solitaria que suenan, buscando a la mujer amada, al pie de la ventana, el tartamudeo del pilluelo pronunciando las vocales, el cabestro retorcido que cuelga tras la puerta, como recuerdo del cuerecito de novillo que hace buen chiquillo, la madre con su arrurú que busca el ceno, el padre que pila la cebada en el caquero, el chisporrotear del palo de aliso en el fogón, el ruido del roer de las ratas comiéndose el corazón del maíz, la fila india de las hormigas llevando el doble de su peso, para asegurar su sustento en tiempos de las vacas flacas, las abejas llegando repletas de néctar de las flores para fabricar la miel, el zumbido característico de la chicharra agarrada al árbol de capulí, el croc, croc, de ...