Armageddon - José Abelardo Franchini



                                                  Armageddon

El sol desde el poniente, todavía inclemente, el paisaje desértico rodeándonos… Habíamos caminado desde hacía dos horas y estábamos llegando a la colina donde nos apostaríamos; Alfa, desde un promontorio cercano, nos observaba… Con sus vestiduras blancas y su aura, daba voces como “Mantengan el orden”, “no desfallezcan hijos míos, pronto arribaremos”, “Denle pienso a los camellos”.
Momentos antes de llegar,  pudimos ver la ciudad celeste, las puertas se abrían y descendía un grupo de ángeles. Ya escuchábamos los cuernos de batalla, como en los tiempos de Ur y Lagash, las fuerzas militares se desplegaban para batallar.
Estábamos a unos 100 kilómetros de Trípoli, aqui las fuerzas británicas por un lado y la Divisiones Folgore y Ariete junto al Afrika Korp, habían combatido en 1942.
Los vigías se instalaron bajo pequeñas carpas y nosotros nos reunimos en círculos a beber de nuestras cantimploras. Inspeccioné mi arma de rayo desmaterializador, los camaradas hacían lo mismo; limpié mi protector de la vista, me toqué la frente transpirada, alguien comentó “hace  treinta y dos grados”.
Cuando cayó cerca nuestro el primer proyectil, lanzado por el enemigo ya estábamos en lo alto cavando los refugios, el cielo se oscureció y se escucharon los truenos. Se oyó la voz de Alfa: “Que disparen nuestras baterías”, “estén atentos hijos ya vienen y no teman, los inicuos no sobrevivirán”…
Aparecieron a nuestra vista las siluetas inconfundibles, vestían uniformes como nosotros, pero adivinábamos sus rostros brutales y cínicos. El Mal hacía avanzar su  ejército…  Un trueno que relampagueó muy cerca, infundió temor en ellos y en nosotros… ahora todo era  penumbras…
…La batalla habia terminado, sobre el desierto estaban tendidos los cuerpos y se sentía un olor acre, los camilleros de la cruz roja, iban aquí y alla; me hicieron un vendaje en el brazo y un enfermero me llevó, dándome su hombro de apoyo, hacia un transportador, estaba un poco más claro, se escuchaban gritos y órdenes, mire hacia el cielo estaba cubierto, quería creer que habíamos triunfado… Veia ir y venir hombres con sus capotes grises de campaña, escuchaba frases en alemán e  italiano… El transportador se elevó, ahora se veían las siluetas cada vez más borrosas. “Transporte  RD III en curso hacia base, Capitan Fossatti al habla”. “Bien, Capitán, se están haciendo los preparativos para recibir a los heridos”…  Luego seguimos el viaje en silencio, se escuchaba el zumbido del rotor, estaba rodeado de aparatos medicos. Llegamos media hora después, me di cuenta por el reloj digital de números rojos que estaba en la pared del cubículo. Nos bajaron, habíamos luchado, ¿quien podía suponer 20 años atrás que seria asi?; los camilleros me llevaban hacia el portón de metal y vidrio… Era de esperarse que las cosas hubiesen salido bien, pensé en mis Padres, en lo difícil que era para mi no tenerlos como antes, ¿donde estaría mi Tío Anibal?, sabía de su viaje a Bélgica., hacía un par de meses… llegamos  a la habitación, enfrente titilaban los paneles de climatización ambiental, un enfermero acomodó la cama presionando los botones del control manual, aun estaba sin claridad sobre lo que pasaba seguramente efecto del sedante que me habían inyectado, una enfermera se acercó y me dijo “ahora debe dormir”. Cerré los ojos, todo era silencio… …Y comenzó a caer la lluvia.

                                “Cronica de la batalla del Fin del Mundo”…
                           “..Yo, un cruzado Catholico, de la era de la Postmodernidad, seré testigo de la
                             Ira de Dios”.

(c)Jose Abelardo Franchini 
La Serranita
Provincia de Córdoba
                                                             

                 
José Abelardo Franchini  (41) nació en Hurlingham (Provincia de Buenos Aires), actualmente vive en La Serranita (Provincia de Córdoba).Periodista y Escritor. Ha publicado en el Periódico de distribución nacional "Question Latinoamerica" que dirigía el periodista Gabriel Fernández. También se han difundido sus columnas grabadas en el Programa "La Voz del Pais" que conducía Carlos Suárez  en AM 1010 "Radio Latina" de la ciudad de Buenos Aires. Columnista  en Radio América AM 1190  en el Programa de Oscar Orquera ("Radio-Palabras"). Cuentos y relatos suyos se han difundido en el Programa de Isabel Pisano que sale los sábados a la noche, también en Radio América.

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