El río y el piano* - Carolina Camacho

Carolina Camacho

*El cuento El río y el piano de la escritora argentina Carolina Camacho resultó finalista en el Tercer concurso de cuento de tema libre "20 años de la revista Archivos del Sur"


El río y el piano

Camila que iba tomada de la mano de su abuelo Salvador, estaba con los ojos abiertos y curiosos. Ambos se acercaban sigilosamente y con actitud de respeto hacia el final de la calle que daba al río. Habían cruzado por debajo del Puente hasta llegar allí. Había tormenta, ambos estaban muy abrigados, el abuelo con su piloto color cobre que lo hacía parecerse a un personaje sacado de una película policial de los años 50, agregaba algo a los ojos de Camila. Ese hombre alto, grande, fornido que tenía las respuestas de todo. Llegan al final del cemento, justo un metro antes del borde de material que da comienzo al río. Su abuelo que no soltaba su mano, le advierte a Camila no acercarse más. La curiosidad de la niña crecía. Algo de ese manto marrón oscuro la atraía de una forma incomprensible hasta el momento. 

Se detienen frente al río. Camila patea una pequeña piedra que cae al río haciendo un sonido extraño, ambos contemplan en silencio como la piedra cae y es deglutida por el manto oscuro. Observan como si estuvieran imaginándose el recorrido de la piedra al traspasar la superficie y llegar al fondo. 

Su abuelo muy seguro de todo como siempre le dijo: 

-Camila no te acerques más que es muy peligroso.

-¿Por qué peligroso abuelo, qué te pasa si te caés en el río?

-Este río es un río que está muy contaminado, tiene petróleo de las destilerías y muchas otras sustancias tóxicas, pues entonces si te caés en él, no vas a poder nadar porque sus aguas están demasiado espesas.

-¡Abuelo, me estás asustando!

-No es para asustarse, pero yo te dije que me acompañes con la condición de que te portes bien. Así que haceme caso Camila, portáte bien. 

Un viento fuerte sopla y el abuelo se sube el cuello de su piloto para protegerse, y a Camila le cierra la campera hasta arriba. El abuelo sigue observando el río, sin soltar a Camila de la mano, parece que estuviera haciendo cálculos que solo él entiende, mientras observa el insidioso manto marrón tirando a negro empetrolado. 

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Camila observa la cara de preocupación con que su abuelo mira el río. El no saca sus ojos de la superficie, lo mira con proyección lejana hasta su desembocadura que da a la parte más ancha del río que se pierde entre la arboleda y el mismo puente de hierro. 

-¿Qué pasa abuelo que tenés esa cara?

El abuelo no contesta. Se mete el dedo índice en la boca para mojarlo, y pone el dedo en lo alto. Camila lo mira. 

-Abuelo ¿Que hacés?

-Mirá Camila, te voy a contar, acá el único problema es si se viene la sudestada. La sudestada es la mayor preocupación.

-¿Qué es la sudestada abuelo? 

-La sudestada es un temporal muy fuerte que afecta en esta zona, el problema con la sudestada es que si el río llega a desbordar vamos a estar en problemas. Nosotros vivimos muy cerca del río, si la cuenca del río desborda acá, el agua no tardará nada en llegar de acá a nuestra casa. 

-¿Y por qué te mojaste el dedo abuelo?

-Me mojé el dedo porque de esa manera según como se me seca el dedo puedo saber si va a venir la sudestada o no.

-¿Y cómo te das cuenta con el dedo si es sudestada?

-Sería muy largo explicártelo Camilita, son muchos años de conocer estas zonas y de ver el comportamiento del viento y del río.

Camila desbordada de curiosidad y de preguntas, hace silencio y ambos se acompañan en ese silencio cómplice y de respeto hacía el río.  Camila no tarda ni un segundo en imitar a su abuelo, moja su dedo y copia el mismo acto, esperando que su pequeña falange seque con el viento. 

-Abuelo, abuelo, ¿la sudestada es de este lado?, porque se me secó el dedo de este lado.

El abuelo le muestra una pequeña sonrisa a Camila, pero enseguida regresa su gesto de preocupación. 

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-Ahora vamos a comer, el abuelo se va a acostar a hacer una siestita y a la tarde volvemos a ver como está el río.

-Pero vos que decís abuelo ¿va a venir la sudestada ?

-Yo pienso que sí va a venir, pero vamos a darle un tiempo al clima, y según como esté el río a la tarde te digo. 

Se van caminando como vinieron, atraviesan el puente y se pierden entre las calles que solo son unas pocas cuadras hasta llegar a la casa. Al faltar unos pocos metros para llegar, comienza a oírse el piano de la mamá de Camila. Siempre le gustaba tocar su piano, pero los días de tormenta eran sus preferidos para tocarlo, como si una especie de nostalgia climática se apoderara de ella, un Adolf Ernst Voigt, una marca alemana, negro modelo 60 con pedales. Camila entra a la casa, despidiéndose de su abuelo hasta más tarde.

La madre de Camila le tenía lista la comida a la niña. Camila se sienta, su madre le sirve la sopa.

-Mamá, el abuelo conoce mucho el río.

-Sí mi amor, tu abuelo conoce bien el río porque de chico jugaba en el río y después desde muy joven trabajó en una de las fábricas que están en la ribera, por eso conoce tanto el riachuelo. Come la comida antes de que se enfríe. 

Al cabo de poco más de una hora el abuelo vuelve a buscar a Camila, esta vez el abuelo iba con su gran paraguas color negro, pues estaban cayendo unas gotas aisladas. Ambos iban muy abrigados esta vez. Estaban en pleno mes de mayo y ya el frío se hacía sentir. El abuelo toma a Camila de la mano y allá van dirigiéndose hacía el río, por el “veredicto final”. 

Llegan a la vera del río. La cara de preocupación del abuelo era determinante, al ver que el río había crecido considerablemente. 

-¿Y abuelo va a venir la sudestada?

-Sí va a venir, por eso deberemos tomar precauciones. El río creció más de la marca esperada. No pensé que superaría los 20 centímetros de crecido desde antes hasta ahora, pero sí. 

-¿Y eso qué significa abuelo?

-Significa que por como está el río ahora, más el viento, más la lluvia, el río va a desbordar. 

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En pocas horas, debemos prepararnos.

Debemos ir a hablar con tu mamá. La última vez que el río desbordó fue en el 52, fue una verdadera tragedia, muchas casas de la zona inundadas, mucha gente perdió todo. Se tardó mucho en recuperarse. Cuando el río se mete en tu casa por más que esta sea de cemento, lo arruina todo a su paso. No debemos asustarnos, pero debemos ir a hablar con los vecinos y tomar medidas y decisiones para el barrio. 

Para esas alturas Camila ya había entendido que su abuelo no solo era un experto en sudestadas, sino que conocía muy bien todos los temas referidos al río, y que si él decía que había que preocuparse mejor sería preocuparse. 

Un vecino del barrio se aproxima hacia el borde donde estaba parada Camila con su abuelo.              

                                                                                                              Se lo notaba preocupado. Al llegar saluda, se para al lado de ellos. Los tres contemplan el río con respeto, en medio de un silencio cómplice que más que silencio parecía un diálogo. Hasta que el hombre rompe ese silencio. 

-Parece que esta vez vendrá con todo la inundación. 

-Así parece. El problema es el viento. Eso es porque es viento de río y tira del sur. A esta altura del año, si el viento viene frío ya sabemos que el río se quiere hacer escuchar.

-¿Cómo que se quiere hacer escuchar abuelo?

-Es una manera de decir Camilita. Es como decir que el río tiene carácter y voluntad propia.

-Bueno, tan equivocado no está usted, Don Salvador. El río es bravo. Les dejo un buen día y a cuidarse del frío. 

-Adiós, que le vaya bien Don Francisco. Vamos Camila que tenemos que organizar un poco el barrio. 

Camila y el abuelo lo primero que hacen es ir a hablar con la madre de la niña que es su hija. El abuelo se dirige preocupado a ella. Entran a la casa. La mamá de Camila esta parada junto a la ventana mirando hacía afuera.

-Y papá… ¿que dice el viento?

-Mirá Ele, mi pronóstico es que se viene con todo y habiendo hecho un cálculo matemático

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por los centímetros que subió el río desde la mañana hasta ahora, pienso que va a haber  inundación, en una hora mínimo desborda el río. Es un cálculo certero.

-¿En serio?, ¿cuántos años hacía papá que el río no desbordaba?

-Muchos años, la última fue la del 52, perdimos mucho, esa si que fue brava.                                                                               

Ahora la cuestión es que tenemos que llevar el piano y los muebles más valiosos para nuestra casa.                

El abuelo y la abuela vivían al lado pero en un primer piso, un piso amplio y con espacio. El abuelo ya tenía todo calculado, le diría a mamá que nos vayamos unos días con ellos arriba.

A la madre de Camila se le llenaron los ojos de lágrimas, mientras se acercó al piano y apoyó su mano en él. 

-El piano. Mi piano. 

-No te pongas mal mamá.

-Quedáte tranquila hija, el piano lo vamos a subir.

La madre de Camila, entra enseguida a hablar con su marido. Mientras el abuelo con su manía de mandonear que le quedó de cuando era capataz en la fábrica, parece que quería ir a organizar el barrio para esperar la inundación y que estén todos preparados.

Doña Elisa, la vecina de enfrente, le regaló un piropo al abuelo.                                                                                                   -Es increíble Salvador como usted solo por mirar el río se puede dar cuenta de lo que va a venir. Nunca ví un hombre tan conocedor del río. 

Y al abuelo que le gustaba presumir sus conocimientos se le ensanchó la sonrisa.

-Le tiene que avisar a todos los vecinos Doña Elisa, apúrese, en menos de una hora tenemos el agua acá. Yo pienso que además de desbordar el río, van a desbordar las alcantarillas,  las rejillas de las casas, todo, al estar tan cerca del río, todo va a desbordar.

-Se va a meter el agua en las casas Doña Elisa, yo esto ya lo viví, apúrese, avise a todos.

                                                                                                                                              

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Los padres de Camila empezaron a correr todos los muebles y también el piano que era pesadísimo. En menos de media hora ya estaban todos los muebles cerca de la puerta. Camila miraba absorta toda la mudanza. El viento en la calle se sentía cada vez más fuerte, y se escuchaban las indicaciones del abuelo a todos los vecinos del barrio de lo que debían hacer. A él le encantaba eso. 

Efectivamente se empezó a oír como las alcantarillas comenzaron a desbordarse. El viento no paraba, cada vez producía un zumbido más ensordecedor. El abuelo llega con tres hombres que le ayudarían a subir los muebles de su hija Elena al primer piso de al lado donde estaba su casa. El problema es que había una enorme e interminable escalera de mármol y no sabían cómo llegarían arriba con todos esos bultos tan infernales. Lo más pesado sin lugar a dudas sería el piano alemán. 

Comenzaron a sacar los muebles a la calle. Camila observaba todo. Su abuelo le dedicó unas últimas palabras en medio del mercado de muebles que habían plantado en la vereda.

-Ya sabés Camila, esto se lo vas a contar a tus hijos y a tus nietos. No tenés que asustarte. Vas a presenciar la primera sudestada de tu vida. Así como yo una vez muy chico, la viví por primera vez y aquí estoy para contarlo. Tenemos la planta alta, no te asustes m’ija. 

La cosa era salvar el piano. La madre de Camila estaba preocupadísima por su piano. Era su herramienta de trabajo. Ella daba clases de solfeo con él. No podía arruinarse su piano con el agua. Es un piano que sus padres le habían hecho traer de Europa cuando ella cumplió 18 años. En la época en que los traían en barco. Su mamá era una gran concertista, pero no era tan presumida como el abuelo con el asunto de las inundaciones y las sudestadas. 

El viento era imparable y a lo lejos ya se empezaba a ver como el río empezaba a crecer. No se veía el río desde ahí, pero sí el agua que empezaba a acercarse, lo que indicaba que el río ya había desbordado. 

-Camila ándate ya mismo para la casa de la abuela. Subí y quédate arriba (le indica su madre).

Entre directivas del abuelo, y algunos gritos de la madre, los muebles, pero lo más importante, el piano era lo más difícil de mover, tuvieron que atarlo con unas sogas muy gruesas.

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Entre varios hombres lo empujaron hacía arriba por la escalera, pero fue difícil pues en la mitad de ella se formaba un codo que hacía que tuvieran que girarlo en el aire para hacerlo pasar. Luego de un largo rato finalmente llegaron arriba con el piano, allí estaban la mitad de los muebles amontonados. Faltaba la otra mitad. Todos se miraban las caras.

La abuela se puso a preparar café. De pronto el aroma a café recién molido invadió el ambiente. Y entre el aroma a café y el sonido del viento, parecía una película de miedo. 

El abuelo y el padre de Camila junto con los demás vecinos fueron por unas maderas a tapiar las puertas de las casas. El abuelo decía, que el agua entraría a la casa pero que si la tapiaban con dos maderas y bolsas de arena en el medio, el daño del agua no sería tan grande porque solo se inundaría por las rejillas internas. 

La abuela de Camila buscó unas sábanas viejas y cubrió el piano que quedó plantado en la mitad del living comedor.

Desde el primer piso Camila observaba con sus ojos enormes desde la ventana hacía afuera, la calle de su casa que llevaba el nombre de un teniente ya era un río y todos los pronósticos del abuelo se habían cumplido.              

(c) Carolina Camacho
Lanús
Provincia de Buenos Aires

Carolina Camacho por ella misma

Mi nombre es Carolina Camacho, vivo desde siempre en la ciudad de Lanús, Provincia de Buenos Aires. 

2001- Cursé estudios de Realización Cinematográfica, en el IDAC (Instituto de Arte Cinematográfico) de Avellaneda, con la especialización en Cine Argumental o Ficción. 


2013 - Inicié la Licenciatura en Enseñanzas de Artes Audiovisuales, nueva carrera de la Universidad de San Martín UNSAM con convenio con la ENERC y el INCAA. (Dicha carrera audiovisual está siendo orientada desde sus contenidos hacia todas las áreas de comunicación) – Carrera finalizada en el año 2016.


Tomé varios talleres de guión audiovisual y varios talleres de escritura narrativa. Escribí poesía, cuento y guiones audiovisuales. Tengo escritos varios cuentos inéditos y algunos guiones audiovisuales como “Por favor no me olvides”, “Propiedad Privada” y “La Persistencia del Cisne” 

2014 – “La Persistencia del Cisne” salió finalista en certamen de guión “Laboratorio México 2014”, mención con guión para largometraje “La persistencia del Cisne”, Incaa argentina, adaptación para libro cinematográfico. 

2020- Obtuve mención especial por Concurso “8 formas de identidad” de Teatro x la Identidad de “Anécdota con la comida”


Notas publicadas;


2007- “Revista 24 Cuadros” (Revista virtual), Editorial: Publiqué Nota Homenaje al Cineasta Ingmar Bergman; “Hablemos de Ingmar Bergman”


2009 “Revista 24 Cuadros” (Revista virtual), Editorial: Publique nota sobre la película “Cinema Paradiso”“Homenaje a Cinema Paradiso” 


2020“Revista Movimiento” (Revista Virtual) – “Una femineidad tan singular” – Nota de crítica sobre la película “La Vida por Delante” de Edoardo Ponti. 


2021“Revista Movimiento” (Revista Virtual) – “Conmemorar la dulzura: décimo aniversario de la partida de María Elena Walsh”- Nota sobre el décimo aniversario de la partida de la guionista, cantautora y música María Elena Walsh.


2021“Revista Movimiento” (Revista Virtual) – “De Hitchcock y otras agorafobias en tiempos de Pandemia” – Nota sobre la película “La mujer en la Ventana” del director Joe Wright.


Trayecto de Continuidad Pedagógica 


Con el Guión “La Persistencia del Cisne” y en aula virtual dentro del contexto de la cuarentena por el coronavirus, forma parte de proyecto de alumnos y estudiantes de IPES Paulo Freire, dependiente del Ministerio de Educación de la Provincia de Tierra del Fuego, en el que contenidistas de lengua y Literatura intervienen Guión para crear recurso pedagógico y didáctico y subirlo a una plataforma on line. 


*El río y el piano resultó finalista en el Tercer concurso de cuento de tema libre "20 años de la Revista Archivos del Sur"







                                                                                                                                                                                                                                                                                        


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