Descansa en paz ...(Recuerdos) , agosto de 2010
Ocupa en los
despoblados del ocaso, el último vagón de un tren abandonado. Ramiro Smith
González, frisando el tongo de un round
llamado pasaje, se acuerda de su andadura tortuosa. Sintiéndse taciturno por
tantos golpes encajados, unas veces entre las cuerdas, y muchas más contra el
suelo, destruido, frente a miles de miradas despiadadas. Posee los ojos del
color de la experiencia, infinitas muescas de supervivencia en el semblante…Ha
cruzado el puente de la vida, en
innumerables ocasiones, con coraje, sin lanzarse por el abismo de la
desesperación, a veces salvado por la resonancia de la sangre en el adversario,
otras, la soledad le lastimó, advirtiéndole de una probable compañera que sería
eterna. Versado en acometidas desperdiciadas, aposentado en una longeva
dolencia, la de la espera del postrero asalto…se mantiene en pie, en este instante doloroso de reconocer los errores al
final del recorrido.
Cuarenta grados
de locura en sus puños dañados de reyertas. Menos cero coma cuatro silencios de
aquí al sarcófago de la fama. Líneas transversales en su rostro anguloso de
púgil vapuleado, en otro tiempo, en otro lugar, demasiado lejano y echado en
falta, sobre las cuerdas del
cuadrilátero de la existencia. Recuerda su carretera, de ciudad en ciudad. La
gente le adoraba allá donde pisaba, aclamaban su presencia…Invariablemente, en
un cajón del armario de la habitación de los hoteles que moraba, una Biblia,
los guantes proféticos, y una gamuza para los zapatos. Hoy se siente cansado,
relegado desde hace tantos años por su público, y apremia saborear las aguas de
la fuente de dos caños…de la originaria olvidará y la otra le matará… Reposado
en su silla, ya ha aprendido a platicar con los difuntos, sabedor de su
itinerario, aguarda paciente, con tiempo y sin prisa. Mientras tanto rebusca
alimento entre auxilios de repasos del consciente, por las páginas transitadas
y revueltas de grafías ya borradas o caídas en algún rincón de su paso
neuronal… Lee ancianas referencias, ovaciones de periódicos con fotos de
triunfos beige y letras comidas por la polilla.
© Kim Bertran Canut
Barcelona
Kim Bertran
Canut, nace en 1960 en Pont De Suert (Lleida)
Actualmente
reside en Barcelona.
Dirigió (1996 a
2003) junto a tres compañeros “la asociación cultural
CATÁRSIS” Con
sede en Barcelona..
Se aficionó a la
literatura y a la fotografía siendo adolescente.
En 1993 publicó
la novela “Imaginación Atrapada” y en 2002”El Reflejo
de los sueños en
lunas rotas (perdido en la eterna oportunidad)
Durante años ha
colaborado con Webs y revistas literarias: Catársis,
Caminos, Factum,
EspacioUlises, Archivos del Sur, Barbante, Versos y
Archipiélagos,
Almiar, Nagari...
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