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Mostrando entradas de 2020

Wakefield nació en Buenos Aires - Homenaje a Nathaniel Hawthorne (Noche de fin de año)

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  Wakefield nació en Buenos Aires - Homenaje a Nathaniel Hawthorne (Noche de fin de año)   Nota de la autora: Escribí este cuento hace más de treinta años. En la primera versión ya publicada, el señor Simps dice que va a comprar cigarrillos como Wakefield, en el cuento de Nathaniel Hawthorne. Con el transcurrir del tiempo he comprobado que el cigarrillo y el acto de fumar son más dañinos y causan estragos en la salud más de lo   que se difunde. Por eso en esta nueva versión del cuento, el protagonista sale a comprar helados dejando a los cigarrillos en el olvido. También, la señora Simps que sigue siendo gorda como una figura del pintor Fernando Botero ha tomado conciencia de que los cánones de belleza no le importan. Estas modificaciones en el cuento no se deben a un intento de transformarlo en políticamente correcto sino a que están de acuerdo con lo que pienso en la actualidad.    La señora Simps parecía una de las mujeres gordas de los cuadros de Fernando Botero. El

Sobreviviente - José Respaldiza Rojas

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           Van cuatro días que se cancelan los vuelos a Pucalpa debido al mal tiempo reinante. El aeropuerto internacional Jorge Chávez se encuentra repleto de pasajeros pues abrigan la esperanza que hoy puedan embarcarse y disfrutar una Navidad con los suyos, todo el espacio está abarrotado de personas, maletas, mal humor, bolsones, ansiedad. Muchas personas fuman, intercambian palabras, uno cuenta un historia de un personaje que por nada del mundo subía a un avión, siempre viajaba vía terrestre por lejano que fuera su destino y un buen día no le quedó otra opción que volar, fue su última decisión pues el avión se estrelló, ¡Dios nos salve y nos proteja! -  se escuchó, los presentes se persignaron, luego se santiguaron, cambia de tema dijeron abochornados, una premonición flota, un sudor colectivo empieza a enrarecer el ambiente.    De pronto del altavoz del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez sale una voz que indica: -  Pasajeros con destino a Pucallpa, en el vuelo 508, po

Cuento de Navidad - Araceli Otamendi

"Ayer soñé con los hambrientos, los que se fueron, los locos, los que están en prisión, hoy recordé de nuevo esta canción que ya fue escrita tiempo atrás". Charly García      Subo los escalones de uno en uno y voy pensando en esas cosas que había dejado atrás, hace tanto tiempo... Hace calor, el sol de las cuatro de la tarde es intenso, demasiado, derrite y no hay sombra al subir hasta aquí, he llegado a la puerta. Voy a verte en unos minutos, querida amiga. Recuerdos compartidos, confidencias, fotografías, no sé cómo estás, ni cómo te voy a encontrar. Hoy es veinticuatro de diciembre y el sol, está a pleno. Por la noche voy a celebrar la Nochebuena en familia, como siempre lo hemos hecho. Pero ahora mi familia es más chica, no hay abuelos, ni tíos, ni primos, sólo nosotros y mamá. Llego a la recepción y me anuncio. Son las cuatro en punto de la tarde y ya se permiten las visitas, pero antes, me dice un hombre con ceño fruncido, debe dejar todas las pertenencias, carter

La claraboya - Cecilia Vetti

                       Todo es un temblor de estrellas agazapadas en el cielo de una claraboya oxidada. Una caricia corrosiva y sutil ha gastado los bordes de ese mundo de hierro. Por allí pasan las nubes demasiado rápido. Otras veces se quedan quietas en un tiempo de infinitos grises, enfriando el cuarto. También yo me enfrío, como si fuera una cama, una mesita de luz, el velador adosado a la pared. Me siento una cosa inútil que se va oxidando día a día. Alguna mañana la enfermera encontrará entre las sábanas, una figura ocre y desvaída. Al principio, la enfermedad me cayó como el latigazo de un verdugo. Un verdugo verdaderamente cruel, sin disimulos. Sabía llamar a las cosas por su nombre, esas que siempre le suceden a los otros. Cuando llegué a este hospital, pasé a ser un número, nada más que un número para diferenciarme. Mi rabia y mi impotencia me segaron. Ha pasado un tiempo, ahora ni siquiera puedo quejarme, el corazón todavía palpita con una fuerza memoriosa que termina aturdi

El álter ego y la gracia olvidada - Márcia Batista Ramos

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Emilio Pettoruti - Armonía- movimiento- spacio  Márcia Batista Ramos    Hoy la vida perdió un poco más de su gracia. Eran las 7 am y no había sonado el despertador. Es normal esperar que todo se repita, que salga el sol, que encuentres agua en el grifo y que puedas repetir, distraídamente, la usanza de los últimos tiempos. Hacer lo mismo sin experimentar el factor sorpresa. No soportas esperar para luego regocijarte con una sorpresa… Nunca miras la tele, especialmente porque a ti no te gusta la política, ni el futbol, peor las clases de cocina televisada. Cualquiera diría, que no te gusta nada. Te gustaba leer, antes de que el mundo fuera mundo. Eso yo lo sé. Te gusta leer. A noche leías el poema de Huidobro y te quedaste dormido. No es que no te guste… por gusto, por simple gusto, ya leíste unas veintitrés o veinticuatro veces el poema entero. A noche pasó algo. A noche te quedaste dormido, en el canto I. “¿(…) por qué perdiste tu primera serenidad? / ¿Qué ángel malo se

Las lilas - Cecilia Vetti

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    Estaba solo en la habitación, pudo sentir ese aroma especial que se amparaba en lo perecedero. En ese momento las lilas del parque tomaban formas descabelladas como caballos alados bordeando los costados del ventanal. Se sintió cerca de Dios, tan cerca como si el murmullo de su propia alma lo abrazara. Cuando el jardín se cubrió de oscuridad, abrió la puerta de su habitación y salió al aire. El croar de las ranas y el canto de los grillos lo hizo creer que toda su existencia era obra de algo sobrenatural e inasible. Buscó su karma debajo del saco y se acarició el pecho, lo recorrió un temblor desconocido, era él y a la vez no lo era. Tenía la boca seca, se acercó a la fuente y haciendo un cuenco con sus manos bebió con avidez. El agua cayó a su alrededor iluminada por un rayo de luz. Pensó en Uriel, lo había abandonado como una cosa inútil, después de ser su amante durante cuatro años. Uriel era caprichoso y arrogante, siempre deseando un poco más de esos billetes malolie

Mayco - Araceli Otamendi

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  Mayco   El pequeño animal, casi enano, me seguía como un perro. Su nombre era Mayco – no sabía su significado. En ese momento, tampoco me interesaba.  Semejante a una cebra, su cuerpo tenía rayas de distintos tonos y crines como las de un caballo. Hacía meses que no se podía salir de casa más que para lo imprescindible,   la pandemia de Covid 19 me lo impedía. Consideré que lo mejor era pasar las horas realizando mi arte. Estaba pintando una tela cuando llegó. Lo miré, me miró.   Tenía ojos de animal y una expresión casi humana. Seguía pintando y Mayco empezaba a opinar: - ahora azul, ahora amarillo. Parecía saber de colores y hasta parecía simpático. Después   llegó mamá y me preguntó qué pasaba. -          Mayco se queda en casa, Mayco no se va – afirmé .   Mamá no dijo nada y se alejó. Como siempre estaba en lo suyo, esculpiendo figuras, niños de barro. Seguía pintando y pintando, durante horas y Mayco seguía  aconsejando: un poco más de amarillo allá, indicaba. Rojo

El Callao* - José Respaldiza Rojas

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                                                 MI  PADRE CHALACO* El recuerdo más antiguo que tengo del Callao se le debo a mi padre a raíz de una pregunta que le hice,  Padre  ¿por qué usted nació en el Callao?  Su respuesta me impresionó mucho al punto de tenerla grabada en mi memoria. Mi padre nació un 9 de junio de 1906, en los altos de la hoy desaparecida Compañía de Cerveza Pilsen Callao. Era Presidente del Perú José Pardo y Barreda y Alcalde del Callao John J. Impett. Ese lugar tan inapropiado para el nacimiento de un bebé se debe a los antojos que manifiesta una dama al estar embarazada, y a que estaban emparentados con los Bentín. Lo cierto es que fue causa de un gran alboroto y correrías, no se encontraba partera a la mano y después de mucho ires y venires se asomó un muchacho. Fue un parto normal, claro que pujó un poco por ser primeriza mí abuela.------ ¿Qué nombre le ponemos? -Ya se nos ocurrirá. ¿Antonio? ¿Pedro? ¿Juan?  Decidieron reso